El Pacto Histórico dio un golpe sobre la mesa. Lo que muchos pensaban sería una consulta interna sin mayor eco se convirtió en un campanazo de victoria. Más de 2,7 millones de personas participaron en una jornada que, pese a la desinformación, trabas y la mala logística, terminó enviando un mensaje claro: la izquierda sigue viva, organizada y con base sólida para disputar el liderazgo del centro-izquierda en la gran consulta interpartidista prevista para marzo de 2026.
Un resultado inesperado que superó todos los pronósticos
Iván Cepeda fue el gran ganador del día, con cerca de un millón y medio de votos que lo dejaron como el nuevo rostro presidencial del Pacto Histórico. Carolina Corcho, su principal contendor, alcanzó alrededor de 670 mil sufragios. Aunque los números están lejos de los obtenidos por Gustavo Petro en 2022, la comparación directa sería injusta: aquella fue una consulta interpartidista, abierta a todo el país y coincidente con elecciones legislativas, mientras que la de este año fue un ejercicio estrictamente partidista, en un domingo atípico y con escasa publicidad. En ese contexto, reunir más de dos millones y medio de votantes es un resultado excepcional y políticamente poderoso.
Una jornada marcada por fallas logísticas y denuncias ciudadanas
El domingo 26 de octubre amaneció con un ambiente de incertidumbre. La Registraduría Nacional abrió las mesas con reportes de confusión entre jurados, retrasos en la instalación y denuncias de falta de material electoral en algunos municipios. Durante la tarde, las redes se llenaron de quejas por la caída intermitente de la página oficial de resultados, lo que encendió las alarmas sobre la transparencia del conteo. Aun así, la participación fue constante, especialmente en Bogotá, el Caribe y el suroccidente del país. Hacia la noche, los datos comenzaron a consolidarse y la tendencia fue clara: el Pacto Histórico había conseguido una movilización que pocos anticipaban.
Una consulta partidista con cifras históricas
La cifra, más allá de los porcentajes, tiene un peso político difícil de ignorar. En Colombia, las consultas partidistas suelen ser ejercicios simbólicos y de baja participación. Rara vez superan el millón de votantes, sobre todo cuando se hacen fuera del calendario electoral. Por eso, alcanzar más de 2,7 millones en un evento interno es un hecho sin precedentes en la historia reciente del país. Este resultado le da al Pacto una posición privilegiada para encarar la consulta interpartidista de marzo, en la que se espera participen diversas fuerzas del centro-izquierda. Si logra mantener el entusiasmo, mejorar la logística y ampliar su convocatoria, el bloque podría convertirse en el eje de una alianza amplia con capacidad real de disputar el poder en 2026.
Cepeda asume el liderazgo y el reto de mantener la unidad
Iván Cepeda celebró el triunfo hablando de unidad, justicia social y reconstrucción del pacto político que llevó a Petro al poder. Su tono fue conciliador, consciente de que ahora debe sumar, no dividir. Carolina Corcho reconoció el resultado y dejó claro que seguirá activa en la coalición. Gustavo Petro, por su parte, felicitó a Cepeda y destacó que el proceso mostró la fortaleza democrática del movimiento, aunque también dejó tareas urgentes: fortalecer la logística, garantizar transparencia y reconectar con sectores que se alejaron por la gestión del gobierno y las tensiones internas.
El mensaje político: la izquierda sigue de pie
Más allá de los nombres, la consulta dejó ver una cosa: el Pacto Histórico sigue siendo una maquinaria política capaz de movilizar multitudes incluso en condiciones adversas. No hubo una gran campaña mediática, la jornada no coincidió con elecciones nacionales y la logística fue deficiente, pero el resultado superó los dos millones y medio de votos. Eso es, en sí mismo, un mensaje poderoso. Si ese número se multiplica en marzo, cuando se convoque a la consulta interpartidista del centro-izquierda, el Pacto podría alcanzar cifras comparables a las de 2022 y consolidar su liderazgo en el espectro progresista.
Proyección hacia la consulta interpartidista de marzo
Los analistas coinciden en que este fue un ensayo general para medir el pulso del movimiento. Un millón y medio de votos para Cepeda en una consulta interna es una base sólida sobre la cual construir. Si en la próxima jornada interpartidista logran captar a sectores moderados, independientes y votantes urbanos descontentos con la derecha, podrían proyectarse hacia los cuatro o cinco millones de sufragios, un número que pondría nuevamente a la izquierda en la antesala de una victoria presidencial. La clave estará en mantener la unidad, mejorar la coordinación territorial y ofrecer un mensaje renovado que conecte con los problemas reales del país: empleo, seguridad, salud, educación y transición energética.
Conclusión: un campanazo político en medio de la adversidad
El campanazo del domingo no fue menor. En política, los símbolos cuentan, y esta consulta partidista demostró que el Pacto Histórico, lejos de apagarse, está reorganizándose. Con Iván Cepeda al frente y un millón y medio de votos de respaldo, la coalición entra a la recta final del año con un mensaje claro: la izquierda sigue de pie, dispuesta a disputar el corazón del centro-izquierda en la gran consulta de marzo. Si algo dejó esta jornada es que, incluso con trabas, desinformación y fallas técnicas, hay un electorado que no se rinde. Y eso, en Colombia, ya es una victoria política.
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